LAUTARO NUÑEZ / ARQUÉOLOGO

El desierto es nuestra sábana extendida
donde aprendemos a soñar y amar
su delicada piel, acostados de lado,
para escuchar a quienes creen
que las amanecidas escarlatas son las flores
que adornan este antiguo dormitorio
construido con la épica de los tiempos.
Aquí se duerme con las miradas abiertas
para que nadie se atreva a despertarnos…
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