HÉCTOR HERNANDEZ MONTECINOS / POETA 

Periferias territoriales del sol, periferias ideológicas del arte, periferias de poder del poder, periferias de representación de las palabras. Todo monumento tiene su sombra. Algo la acompaña de día y de noche. Su tiniebla es esa periferia. Su temor intrínseco. Su límite bárbaro. La ruina puede convertir un espacio en un límite. Esa es su arma material: deshabitar una publicidad o habitar un páramo, un desierto, un océano. Se ha despojado el museo. Tanto en su cercanía reputacional como en su lejanía neurótica. En cuanto a su relación con el habitar, el oikos, tensiona los conceptos de casa y comunidad. De allí que se pregunte por lo inhabitable de una obra en un territorio.


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