CONSTANZA MICHELSON / PSICOANALISTA

Arrurrú de mi bruja
No se deja la pata afuera. Menos si anda espirituada. Ud. tapadita. ¿No ha visto que cuando una se convierte en pedacitos, pide que la abracen fuerte? Fuerte fuerte, porque más que amor, lo que la piel necesita es reconocer su orilla. Los miedos viejos se tratan de formas viejas, primero se acurruca, después se inclina la cabeza, puede juntar las manos también; para que el grito se vuelva ruego, y el ruego, pregunta.
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